Todo conductor sabe que llegará el día que tiene que cambiar las llantas de su vehículo, por distintos factores como: desgaste, agrietamiento, tiempo de frenado, etcétera. Llevamos el vehículo a nuestro taller de confianza y pensamos que solamente consiste en montarlas y desmontarlas, idea que nos desmienten los expertos al decirnos que se requiere hacer una alineación y un balanceo. Entonces pueden surgir las preguntas: ¿será necesario? Abordaremos el tema con detenimiento, mencionando algunos puntos básicos que anteceden a este proceso.
Como primer consejo, siempre se deberán cambiar las llantas por par. La razón de esto es que si llegáramos a cambiar una sola existirá un desbalance, ya que la nueva llanta tendrá un mayor diámetro que la desgastada, además de provocar que una llanta gire más que la otra y provocando desgastes en otras partes de nuestra dirección. Ya sea en el eje trasero o delantero, deberán estar en las mismas condiciones.
Segundo consejo: ¿cambiar las llantas delanteras o las traseras? Las llantas delanteras (en los vehículos de tracción delantera) se desgastan más rápido debido a que cargan el peso del motor y por estar más en contacto con la superficie que transitamos. Por lógica, cambiaríamos estas llantas primero. Aunque lo ideal es realizar una rotación, las llantas traseras montarlas en la parte delantera y las nuevas en la trasera. Se recomienda de esta manera para evitar casos como:
- Perder el control debido al pinchazo de una de esas llantas de la parte trasera
- En curvas, evitaremos que nuestras llantas no tengan un buen agarre
- Que en temporada de lluvias o en caminos mojados, haya aquaplaning
Con las llantas nuevas en la parte trasera podemos controlar y evitar que el auto flote debido a la diferencia de pesos entre los dos ejes, así equilibraremos con mayor agarre la zona posterior.
Después de este breve e importante contexto, podemos abordar nuestra duda inicial: ¿es necesario realizar alineación y balanceo?, ¿en qué consiste cada una? Al buscar y comprar llantas nuevas es importante realizar ambos servicios, debido a que así aseguramos su duración, su correcto funcionamiento y nuestra seguridad al conducir. ¿En qué consiste cada una? Veamos.
La alineación es considerada para evitar que la dirección de nuestro vehículo se cargue únicamente hacia el lado izquierdo o derecho del camino por el que vayamos. Una de las maneras más sencillas para comprobar esto es que si soltamos el auto por un par de segundos, la trayectoria que siga nuestro vehículo sea en una línea recta. Calibrando las llantas de manera correcta aseguraremos el desgaste correcto de su rodadura.
A primera vista todas nuestras llantas lucirán iguales, sin embargo, siempre existen pequeñas diferencias en cada lado. Si al manejar, detectas vibraciones o ruidos fuera de lo común, es momento de realizar el balanceo de las llantas, que consiste en ajustar su ángulo para mantenerlas de forma vertical, simétricas. Esto mejorará la distribución del peso de nuestro vehículo.
Las razones por las que se tienen que hacer ambos servicios consiste en que debido al uso que vamos dándole a nuestras llantas, los baches, los topes, los golpes contra banquetas y demás situaciones, van desviando estos ajustes realizados poco a poco de su estado óptimo. Que todo esté colocado perfectamente en sus ángulos de caída es lo que determinará que la trayectoria de nuestro vehículo sea suave, estable, precisa y, sobretodo, segura en el camino.