¿En qué consiste el balanceo?
Balancear tus neumáticos protegerá la suspensión de daños y ayudará a mantenerlos en buen estado.
El balanceo es un proceso fundamental para garantizar la vida útil de las llantas, se ajustan los pesos de la llantas y el rin para mantener un equilibrio correcto entre ambos.
Aunque a primera vista los neumáticos lucen iguales, existen pequeñas diferencias que a simple vista no se alcanzan a percibir, como lo es el peso de cada lado de la llanta. Estas pequeñas imperfecciones se equilibran por medio de pequeños contrapesos que se colocan en el rin.
Tipos de balanceo
Existen dos tipos de balanceo: el estático y el dinámico.
Estático: en este tipo de balanceo se colocan pequeños pesos en el rin para conseguir la estabilidad.
Dinámico: se toma en cuenta el peso de la llanta para realizar el ajuste correspondiente.
¿Cómo saber si tu auto necesita balanceo?
El principal indicador es la vibración. Si al acelerar, el asiento, el piso del auto, el tablero o el volante comienzan a vibrar es un indicador de que se requiere un balanceo urgente.
¿Cada cuánto realizar un balanceo?
Si presenta alguno de los indicadores mencionados se debe realizar el balanceo lo más pronto posible. Para evitar que el vehículo comience a presentar estos inconvenientes y futuros problemas adicionales se recomienda realizar el balanceo de acuerdo a condiciones de manejo promedio:
- Al menos cada 6,000 kilómetros
- Dos veces al año en ambos ejes de la unidad
- Cada vez que una llanta haya sido reparada
- Al cambio de cualquier llanta
- Después de toda reparación de: suspensión, frenos, discos o cualquiera otra que implique desmontaje de la llanta.