Debido a su contacto permanente con el suelo, las llantas siempre están expuestas a ponchaduras que ponen en riesgo tu seguridad al volante. Presta atención a los peligros del camino y aprende a reaccionar si tu neumático tiene un clavo enterrado.

Una de las principales señales de alerta es la pérdida constante de presión. Si tu neumático necesita que lo infles cada 2 o 3 días, lo más probable es que haya un objeto incrustado en su banda de rodamiento, lo cual provoca una ligera fuga de aire.

Otro indicio importante es el sonido. Si escuchas un clic rítmico o un silbido cada vez que estás en marcha, detente de inmediato en un lugar seguro y confirma tus sospechas con una inspección visual.

Busca irregularidades o puntos brillantes en la superficie del neumático hasta que encuentres el origen de la fuga. Si te topaste con un clavo enterrado, toma en cuenta los siguientes pasos:

¡No quites el clavo!

Tal vez tu primer instinto sea deshacerte del objeto encajado en tu neumático; sin embargo, esta no es la mejor opción para la integridad de tu llanta. Cuando el clavo está muy incrustado, funciona como un tapón y evita que el aire salga de forma descontrolada.

Si no cuentas con un neumático de refacción y necesitas desplazarte hasta un taller cercano, ese molesto clavo podría sacarte de un apuro. Solo déjalo en donde está y maneja lentamente hasta una vulcanizadora.

¡Ojo! Esto es solo en caso de emergencia y si el taller mecánico está a una corta distancia.

Revisa la presión de tu llanta.

Antes de aventurarte hacia tu vulcanizadora más cercana, es primordial que verifiques la presión de tus llantas. Si hubo una pérdida considerable de aire, lo más recomendable es que llames a una grúa para que recoja tu vehículo y lo lleve hasta un taller.

No trates de ponerte en marcha si el neumático está muy desinflado; de lo contrario, podría reventarse en el camino, aumentando el riesgo de accidentes y causándole un daño severo a la estructura de la llanta.

Toma una decisión.

Una vez en el taller, te enfrentas a dos posibles escenarios: reparar el neumático ponchado o reemplazarlo por uno nuevo. Esto depende de la gravedad del pinchazo y la zona en donde haya ocurrido.

Si el clavo estaba enterrado en la banda de rodamiento, los cinturones de acero en su interior mantienen la estructura en buen estado y con posibilidad de arreglo. No obstante, si la ponchadura está en el borde de la banda o en los flancos, no hay forma segura de solucionarlo.

En estos casos, lo mejor es que los sustituyas con neumáticos de alta resistencia y excelente desempeño.

Pide JK Tyre Total Control y/o Tornel Orgullo de México.