¡Tus llantas merecen una larga vida en movimiento! Esto puede lograrse o no dependiendo de diversos factores como la calidad de su diseño, el proceso de fabricación, las condiciones del camino, el clima, el mantenimiento que reciben y, sobre todo, por tu forma de conducir.

Hay hábitos de manejo que pueden salirte muy caros porque provocan un desgaste prematuro en tus neumáticos, reduciendo su kilometraje y llevándote a la búsqueda de un costoso reemplazo.

Evita estas malas prácticas cuando estés al volante y cuida tu bolsillo.

Arrancar muy rápido.

Si la paciencia no está en tu lista de virtudes, es probable que llegues a un semáforo rojo y sientas la necesidad de dar acelerones. Mientras sucumbes ante la desesperación, escuchas un fuerte chirrido en la parte inferior de tu vehículo.

¿Reconoces ese sonido? Son tus llantas girando en vano contra el pavimento.

Los arrancones bruscos causan un desgaste excesivo en la banda de rodamiento y hacen que tus neumáticos dejen pequeños pedazos de caucho detrás de ellos. Podrás comprobarlo si volteas hacia atrás y observas unas largas marcas negras en el piso.

De esta manera, tus llantas se vuelven delgadas, pierden agarre y quedan vulnerables ante futuros percances.

Girar de golpe.

¡Estás a punto de pasarte la salida hacia tu destino! Reaccionas de inmediato, giras abruptamente y logras incorporarte al camino correcto. Aunque parezca un gran triunfo en ese momento, esta maniobra podría traerle graves consecuencias a tus neumáticos.

Al realizar este movimiento, ejerces una fuerza desmedida en tus llantas y aceleras su desgaste general. Si esto te ocurre muy seguido, pronto tendrás que invertir en un nuevo juego de neumáticos.

Sobrecargar el vehículo.

Todas las llantas poseen un índice de carga que corresponde al peso máximo que soportan cuando tienen la presión adecuada. Esta capacidad no debe excederse bajo ninguna circunstancia, de lo contrario, gastas más combustible y afectas el estado de tus neumáticos con mayor rapidez.

Si estás planeando un viaje en carretera durante las próximas semanas, toma en cuenta el índice de carga de tus llantas y lleva solo el equipaje necesario.

Brincarte los topes y baches.

Pasarte los topes sin cuidado es un peligro inminente para la seguridad de tus neumáticos. Este mal hábito daña la estructura interna de tus llantas, aumenta la presión en las zonas dañadas y genera protuberancias que podrían reventar en cualquier momento.

Por su parte, los baches representan una amenaza similar, ya que provocan abolladuras, daños en los rines o en la suspensión de tu vehículo.

Conducir a exceso de velocidad.

Sabemos que disfrutas la adrenalina de las grandes velocidades pero esta forma de conducción también causa estragos en el estado de tus llantas.

El exceso de velocidad produce una gran fricción contra la carretera y eleva la temperatura de tus neumáticos. Al mismo tiempo, el calor intenso debilita el caucho y aumenta el riesgo de ponchaduras mientras estás en marcha.

Por esta razón, tus llantas cuentan con un índice de velocidad máxima en su costado. No excedas este límite o podrías ponerte en un riesgo innecesario.

¡Deja atrás las malas costumbres! Mejora tus hábitos de manejo y garantiza tu seguridad con neumáticos de alta calidad.

Pide JK Tyre Total Control y/o Tornel Orgullo de México.