La llanta es un artículo de seguridad que se debe diseñar, desarrollar y fabricar con extrema calidad, ya que de ésta dependen no sólo la vida de los ocupantes de un vehículo, sino el sustento y la continuidad de las actividades en nuestra vida diaria, así como del desarrollo de nuestra economía, al verse involucrada en el transporte de: pasajeros a sus trabajos, niños a sus escuelas, mercancías a distintos puntos del país (e incluso fuera de éste); ayudando así en el progreso de los comercios y servicios de toda clase.

En anteriores blogs, hemos hablado de lo complicado y especializado que es el proceso de fabricación de las llantas, también hemos hablado en general de los estrictos controles que se deben tener desde el análisis de la materia prima y la elaboración de los distintos compuestos de hule, que junto con otros materiales diversos, conformarán cada parte de la estructura de la llanta.

Y hemos hablado también, de manera general, de uno de los procesos finales: la vulcanización. Pero hoy ahondaremos más en este proceso, y la gran importancia que tiene durante la fabricación de neumáticos.

El vulcanizado es el proceso de encadenamiento cruzado de cadenas de polímeros con azufre, lo que permite mejorar o reparar ciertas características de materiales elásticos como es el caso del hule. Es por ello, que cada vez que escuchamos el término vulcanización, inmediatamente lo asociamos con camiones, automóviles, y por supuesto, las llantas.

En términos más generales, la vulcanización, es el proceso donde la llanta ya estando armada completamente, pasa a “cocerse” en las prensas que tienen los moldes que las transformarán de llanta verde en estado plástico, a llanta terminada con la forma que todos conocemos, con su dibujo y costados definidos, e información completa casi lista para ser montada en un auto.

Como varios de los descubrimientos de la humanidad, la vulcanización se dio como resultado de un accidente. Este proceso, se lo debemos a Charles Goodyear, quien buscaba la manera de hacer del hule un material útil para la humanidad.

Él originalmente intentaba desarrollar impermeables y botas para la lluvia mezclando hule con azufre. Sin embargo, en época de calor, se hacían muy inconsistentes y tendían a oler mal, mientras que en época de frío se tornaban duras y rígidas.

No fue sino hasta que una noche dejó sus mezclas de hule con azufre en una estufa llena de carbón, y se fue a dormir, dejando así este menjurje calentando durante toda la noche. A la mañana siguiente, intentado limpiar la estufa, fue que se dio cuenta de que el hule pasó de ser plástico maleable a elástico, y además durable.

Fue entonces que a este proceso se le denominó “vulcanización”, en honor al Dios Vulcano (Dios del Fuego), pues es el fuego, y su alta temperatura, el principal factor involucrado en esta transformación.

Gracias a este no tan fatídico accidente, hoy en día se producen muchos productos derivados del hule, tales como empaques, tacones, mangueras, bandas, y por supuesto, llantas.

En JK TORNEL, las llantas JK Tyre y Tornel cuentan con el respaldo de la maquinaria más avanzada de tecnología de última generación detrás de cada parte del proceso, incluidas las prensas de vulcanización, y que dan como resultado las llantas diseñadas, desarrolladas y fabricadas para las condiciones de manejo más extremas tanto para México, India y otros 110 países alrededor del mundo.

Por eso… Cuando cambies de llantas, pide JK Tyre Total Control y/o Tornel Orgullo de México.